Probablemente muchos de vosotros coincidiréis conmigo en que se publican demasiados artículos en prensa que tiene como tema el Psicoanálisis.
Este hecho resulta contradictorio si se tiene en cuenta que su práctica es particularmente exigente con los principios de confidencialidad y de protección a la intimidad sobre las personas que circulan por sus vías; cono consecuencia de ello, el psicoanalista no debería de ser un personaje particularmente público (me parece un precio necesario a pagar si se ejerce esta profesión-disciplina). Resulta por ello extraño también que un mundo al que se le ha considerado siempre como minorista, (el mundo del psicoanálisis), semi-cerrado o elitista, sea ahora moneda de tan profusa circulación. Y sobre todo sorprende más aún que un una estructura tan completa como es la Teoría Psicoanalítica o alguno de sus Modelos Teóricos, nada fáciles de una exposición clara a la mayoría, y sobre los que sigue vigente el aforismo de que “es más fácil hacerlo que explicarlo”, sea traído con tanta banalidad a las columnas de cualquier publicación.
Porque ¿qué se puede hablar del Psicoanálisis?
¿De su Teoría en su versión ampliada? No parece que sea un tema de interés profano, como a nadie se le ocurriría que le publicase por artículos la Teoría de la Física Cuántica?.
¿De la explicación de alguno de sus modelos teóricos? No olvidemos que cada modelo es un conjunto de hipótesis que da significación a una determinada perspectiva en la observación de los hechos. Pero sería parcial destacar un modelo y apartar otros, dar por definitivo lo que hoy es simplemente vigente, y arriesgarse a defender otras posiciones con el paso del tiempo. No, no creo que merezca la pena desde este punto de vista.
¿Tiene interés mostrar el psicoanálisis como posiblemente lo que es: un método de observación-investigación del aparato psíquico humano? Dudo de que planteado así, como aventura del conocimiento tenga escasa repercusión en un mundo como el actual que se desenvuelve entre la praxis de lo utilitario y el goce de la acción.
¿O acaso se quiere publicar algún detalle particularizado de una evolución o de una cura para generalizar ciertos nudos personales en el que uno ha quedado anclado? Sería de poco gusto sacar los propios trapos sucios a la calle aunque se les trate como ajenos.
Bien es verdad que la Teoría psicoanalítica se ha utilizado para dar significado y comprensión a muchos acontecimientos socio-culturales: historia, artes, movimientos sociales, etc., que han enriquecido los mismos, y que resulta difícil encontrar en el día de hoy cualquier acontecimiento que no tenga este punto de vista sobreañadido. Estamos hablando entonces de un Psicoanálisis Aplicado a una determinada materia, no “desnudamos” al psicoanálisis.
No, no es fácil hablar específicamente de “lo Psicoanalítico” sin traicionar sus principios. Tal vez habrá que empezar a pensar que no es objeto de divulgación. Y la historia, su historia parece que va a favor de seguir manteniéndolo en lo psible dentro de esa privacidad en la que se ha desarrollado siempre.
Ya Freud lo intentó en sus conferencias en la Universidad Americana de Clarke. Le resultó difícil y de resultados problemáticos. –No saben que les traemos la peste – comentó irónicamente a Jung su acompañante en esos momentos.
El pragmatismo de la Escuela americana en su intento de hacer práctico, generalizar, divulgar y poner al alcance de todos algunas ideas psicoanalíticas sobre el desarrollo de niño, trajo consigo una visión un tanto parcial de la No Represión y de una mayor libertad de búsqueda de objeto a la pulsión sexual. El resultado, aparte de la preparación a una posterior Revolución sexual del cuerpo femenino, paso previo a la universal emancipación de la mujer e igualdad de género (movimiento no estudiado demasiado bien todavía), fue la confusión del psicoanálisis con una sexología de logros, y la producción de algunas generaciones de jóvenes maleducados que tuvimos que soportar en Europa durante varias décadas. No pudieron vulgarizar el tema sin corromperlo ni respetar su esencia.
Tal vez el único intento que haya resultado aceptable lo encontramos en D. Winnicott en Gran Bretaña y en sus charlas radiofónicas destinadas a aconsejar ambientes familiares en el que se facilitaran desarrollos creativos de sus miembros más jóvenes o más dispersos.
El psicoanálisis francés, tal vez por ese “chic seductor” que ponen a todo lo que tocan nuestros vecinos gabachos, ha encabezado la dispersión del Psicoanálisis respetando su esencias hereditarias aún a costa de no respetar su lengua, y con la sobrecarga de añadir una lingüestería ( V. Korman) extraña aunque útil a la seducción del personal. Por ahora parece que les funciona el marketing. Habrá que seguir observando.
Así que yo ruego a mis estimados colegas que guarden sus plumas para mejores y más provechosos lances. Dejad el Psicoanálisis y su aplicación práctica que se desarrolle en los círculos del pensamiento donde ha seguido creciendo en su pureza hasta que una visión más amplia del concepto de salud pueda incorporarlo a sus posibles aplicaciones sanitarias. Si vuestra capacidad de continencia ha podido quebrarse por el aquél de la edad, o porque nuestro escondido exhibicionismo haya roto las barreras de la represión tan a destiempo, acudamos a alguien a que os repare el pudor.
Y si a pesar de los esfuerzos no podéis evitar hablar de ello, y .. por lo que se barrunta de vuestros conocimientos a través de vuestros escritos,.. por favor, o por respeto a los que sí pueden beneficiarse de ello os pido de todo corazón: ¡No lo practiquéis!
Os lo pide un colega.
Una precisión necesaria.
Con ocasión del artículo que publica su diario de Recordatorio-Homenaje a la persona y trabajo de Da. Olga Cobo Fernández, dentro de la sección “LEONESAS de Ayer y de Hoy” desearía hacer una precisión concreta,
Trabajé muchos años a su lado. A lo largo de este tiempo ya fuera con los pacientes del Hospital Psiquiátrico Santa Isabel, o dentro de la Asociación de Ex alcohólicos Rehabilitados pude admirar su labor, el entusiasmo con el que iniciaba sus proyectos, contagiarme de aquella alegría cantarina con la que acompañaba el contacto humano, así como el respeto y la valoración por los logros obtenidos en los campos sociales por donde ejerció su actividad.
Quiero subrayar con ello que no existe en mí otro sentimiento que no sea la enorme consideración y cariño hacia su persona y al recuerdo de la que fue durante tantos años compañera en algún espacio común de trabajo.
Lo que no me impide querer precisar sobre una de las atribuciones que se le adjudican a su vasta lista de títulos, muchos más aún de los que aparecen en el escrito. Dña Olga Cobo no fue Co-fundadora de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de León. Esta Asociación fue la consecuencia final de un movimiento que bajo nombre de Navidad-71 (lo hizo así al ser legalizada), venía trabajando desde el verano de 1970 bajo los auspicios y apoyos de grupos de A.A. de provincias vecinas.
Desde 1971, ya con sede propia en la calle Batalla de Clavijo de esta ciudad, nos organizamos como Asociación los pocos miembros que entonces empezábamos a crear una conciencia y una expectativa de rehabilitación a los enfermos alcohólicos de la ciudad y de la provincia, al mismo tiempo que iniciábamos contactos e intercambios con otras asociaciones semejantes de todo el territorio nacional.
Aunque en estos momentos solo puedo fiarme de mi memoria, y en todo caso siempre está el Registro Civil para ratificarlo, creo que los fundadores fueron los Srs. Ramos, Vara, Martín, Régil, Rubio y yo como médico-psiquiatra que acompañó su andadura.
Tres años más tarde, en 1974, cuando ya teníamos una aceptable raíz en la ciudad y nos propusimos ampliar nuestro trabajo a la Provincia para crear una especie de “Red” de acogida y terapia (psicodinámica y/o de apoyo) a cualquier paciente de León, fue cuando apareció y se ofreció voluntaria a acompañar nuestro trabajo Dña. Olga Cobos que ya se incorporó a nuestra primera “salida quijotesca” a Villaseca de Laciana. Permaneció un tiempo como observadora y luego como co-terapeuta del grupo hasta que tomó a su cargo la acogida y el tratamiento de Las Familias de la Asociación. Ahí sí que fue pionera, como lo fue en el mantenimiento posterior de la Asociación y en la incorporación a ésta de personas que venía desde el Trabajo Social y que han terminado por hacerse cargo del soporte de la misma.
Ese es el dato que quería precisar. No va en detrimento de los muchos valores que Olga acumulaba, ni del afecto respetuoso que mutuamente nos tuvimos; justamente ella no necesita de méritos superpuestos para ser merecedora de un respeto y de un lugar de privilegio en la historia leonesa del Trabajo Social. Para el ejercicio de su Profesión vocacional no necesitó nunca el amparo de las Instituciones; mucho de su trabajo tuvo que hacerlo a espaldas de las mismas. Ni necesita ahora de reivindicaciones feministas para adjudicarle una Categoría que se ganó y se mereció por sí misma.
León a 1 de noviembre de 2017