Esta es una carta dirigida a la afición taurina que ha acudido a la Plaza de Toros que Uds. gestionan en la actual Feria de San Fermín.
Evidentemente no va personificada hacia ningún miembro de esa casa cuya bonhomía conozco desde hace mucho tiempo.
Me van a disculpar que la escriba a su nombre, sólo en la medida que son la referencia y la cara visible como organización de esa Feria.
No tengo ninguna intencionalidad determinada, aunque no niego que me agradaría que la tuvieran en cuenta, reflexionaran sobre ella, que la pensaran no como un asunto individual, ni como una descarga de un sentimiento enojoso, sino como el sentir de un porcentaje de la Afición Taurina que nos hemos sentido heridos por esa falta de sensibilidad hacia los toreros muertos.
Por si es posible algún cambio en la mentalidad a sus peñas.
Gracias por su atención
Carta abierta a la Afición Taurina de Pamplona.
Llevo muchos años tolerando vuestra manera tan particular de acompañar el acontecimiento de las Corridas de Toros. Mucho tiempo intentando comprender o dar sentido al espectáculo que – sin duda vistoso – ofrecéis al mundo. Reconozco que priorizáis la dimensión de Fiesta a todo lo que rodea al hecho de la corrida, y que en virtud de ese punto de vista otros sentimientos y actitudes más empáticos con los protagonistas reales de la corrida – los toreros – os los pasáis alegremente por alto (prefiero utilizar este lenguaje no barriobajero). He consentido, gracias al tópico de la “bruta nobleza del pueblo navarro”, desmanes que a mayor distancia y a mejor dosis de sentido común hubiera puesto en entredicho. Y, tal vez para favorecer el proceso de internacionalidad de la Tauromaquia, he contribuido a inflar la posibilidad de dar categoría de normal y hasta excepcional, ser participante del coro que actúa cada tarde.
Pero hoy ha llegado el momento de decir ¡Basta Ya! (Y me vais a personar que haga mía esta frase surgida con fuerza colectiva en vuestras proximidades,) a vuestra cobardía vocinglera. Lo siento pero hoy, en este San Fermín de 2017, lamento haberme identificado con eso que años atrás me pareció un culto obligado al rito ancestral de la orgía.
Ni el efecto frívolo del alcohol, ni el aturdimiento mental que facilitan los rayos abrasadores del sol de Julio, ni la desviación del surco recto que empuja la más fuerte tramontana, ni mucho menos la puesta en acción de vuestro espíritu gregario justifica la conducta desalmada que como afición taurina habéis mostrado.
Hoy, hacía un año que había muerto en la plaza Víctor Barrio al que toda la torería quería rendir recuerdo y homenaje. Hoy también, y me vais a permitir esta dilatación emocional del tiempo por la fuerza pujante del sentir, estaba aún caliente y cerca la muerte de Iván Fandiño; la muerte en plaza de un torero de bien que se sintió tan próximo a vosotros y que tanto ofreció para que esa Fiesta del Toro, viviera la emoción de la Verdad del riesgo. Y para vosotros, ninguno de ellos ha merecido el respeto de un minuto de silencio. Intentáis esconderlos en el olvido como hace años hacíais con otros miembros de otro colectivo; enterrarlos en la sombra de un duelo privado y secuestrado.
No tengo otro apelativo que calificaros que no sea el de cobardes porque quizás me parezca más suave que el de desalmados. ¿Dónde habéis perdido los valores de nobleza que, al parecer con excesiva ligereza, os concedimos? ¿Dónde está la obligada gratitud hacia unos hombres que jugaron su vida al precio de vuestro divertimento?. ¿recordáis la máxima de que … es de bien nacidos ser agradecidos?, ¡pues la frase en negativo es también verdad! Y en el aferramiento a una creencia de ayer: vuestra nobleza, y en la fe de una reparación que hoy veo lejana, tengo que pensar en vosotros como en un colectivo acongojado y acojonado, escondido de vergüenza y miedo por grupos de “matones de gestos o de ideas”, de lobbies que llevan por bandera el ejercicio práctico y grupal de una intolerancia que sirve de camuflaje al odio. Pensar eso no os disculpa aunque a mí me sirva para modular el doloroso sentimiento de rechazo que me habéis provocado, como me provoca todo atisbo de maldad.
Lamento no tener para vosotros otro discurso que no sea el del insulto. El dolor de la ingratitud no tiene argumentos, y mis sueños de un mundo mejor me impiden ante acontecimientos como éste negarlos, olvidarlos o frivolizarlos.
Quiero que sepáis que con vuestro comportamiento habéis herido mi sensibilidad de persona humana y mi respeto al sano mundo que mayoritariamente habita este “cañabatiano Planeta de los toros”.
* * *
Sólo un pequeño añadido al margen del tema. Habéis dado la imagen de una Presidencia vergonzosa, lamentable, tan inadecuada para valorar los méritos de las faenas realizadas, como inepta para mantener el prestigio que esa plaza siempre tuvo. Tal vez tenéis lo que merecéis, una idea populista del orden que os ha conferido la idoneidad como público y plaza turísticos.
Un aficionado a los toros y a la cultura de la tauromaquia.
León: 14 de julio de 2017
V. Rodríguez Melón
Lucas de Tuy, 2 – 1º F
24002.- LEON